Helvia Paulina
Fue una mujer española que vivió durante el siglo I d.C. Nació en Urgavo (Arjona), Jaén y después de casarse se trasladó a Córdoba, donde nacieron sus tres hijos (al menos de los que se tiene noticia).
Fue una mujer perteneciente a la familia de los Helvii y se casó con un hombre mayor que ella, como era la costumbre de entonces. El hombre pertenecía a una gens romana, y el matrimonio fue una especie de alianza para estrechar lazos con los habitantes de las tierras conquistadas. Algo también bastante común en época romana.
Bueno, pues este hombre era Lucio Anneo Séneca, el viejo. Uno de los hijos del matrimonio fue el filósofo Séneca. Ahora probablemente os suene algo más, no ya el nombre de Helvia, sino el de su hijo.
Helvia fue una mujer interesada también en la filosofía, de hecho se cree que fue uno de los apoyos principales no sólo en la formación de su hijo Séneca, sino para los demás vástagos.
Sin embargo, y a pesar de que en el siglo I d.C. la situación de las mujeres romanas era algo mejor (hablamos siempre de las mujeres pertenecientes a las clases influyentes y con posibilidades económicas) ya que podían acceder a la cultura más y mejor que en siglos anteriores, el marido de Helvia la apartó de los estudio filosóficos, pues consideró que aquella no era tarea para las mujeres. Era de la vieja escuela.
Así pues, Helvia se dedicó a cuidar de los suyos con gran acierto.
Lamentablemente, las noticias que nos han llegado de ella han sido a través de una de las obras de su hijo Séneca, Consolación a Helvia, escrita durante su destierro en Córcega. En esta Consolación, le agradece su papel como madre, la alaba por sus aciertos a la hora de administrar la economía de sus hijos (sin intentar sacar provecho propio, -como hacían muchas de las mujeres de la época, pues por otro lado era la única forma de adquirir fortuna y tener algo de independencia-, y aumentando su patrimonio) y la recomienda que se refugie en los estudios filosóficos que tanta le gustan para superar las adversidades (entre otras, Helvia era viuda, había muerto uno de sus hijos y Séneca había sido desterrado de Roma donde se encontraba viviendo, todo acaecido en el lapso de tiempo de un año aproximadamente).
Después de esto, no se vuelven a tener noticias de Helvia, por lo que los investigadores deducen que debió fallecer también.
